El uso de moneda digital por parte de las grandes empresas aumentará un 20% al año, en los próximos dos ejercicios. Así lo asegura un reciente informe de mercado que, eso sí, no cree que esta mejoría se centre en los productos tradicionales, como Bitcoin. La moneda digital vivirá así un momento de crecimiento sostenido, pero las más estables, que están apoyadas por algún banco central. Las denominadas CBDC.

Estas siglas están detrás de un concepto relativamente nuevo que, al igual que las criptomonedas tradicionales, se apoya en una cadena de bloques que elimina la necesidad de contar con un intermediario, ya sea un banco o entidad financiera. Sin embargo, las CBDC no son una moneda especulativa: su valor está directamente relacionado con el respaldo fiduciario de una nación, pero son completamente digitales.

Se trata de un efectivo esencialmente digital: un euro de CBDC digital siempre tendrá el mismo valor que un euro físico. Se puede intercambiar de forma privada, pero es completamente digital, y la propiedad está avalada por un sistema blockchain centralizado.

Es comprensible que las empresas eviten involucrarse en criptomonedas volátiles, y apuesten por monedas digitales, pero con un comportamiento similar al del dinero físico, dejando atrás la descentralización y volatilidad de bitcoin, para que las empresas las adopten.

Además, tiene que haber disponibilidad inmediata, ser compatible con la red física y permitir la tokenización de activos y responder a la creciente necesidad de contar con monedas digitales en entornos de tipo “metaverso”, como web 3.0.

Todos esos casos de uso diferentes pueden generar confusión, por lo que se recomienda a las empresas que están considerando la inversión en moneda digital, centralizada o de otra manera, asegurarse de saber para qué la van a utilizar, seleccionar un proveedor apropiado y monitorizar y reaccionar ante la regulación vigente.