Establecer una línea de referencia e identificar dónde se ubican los problemas de conocimientos en ciberseguridad de los usuarios.
Modificar comportamientos inseguros utilizando una plataforma de formación adaptable, dirigida y basada en amenazas sobre los usuarios.
Medir el rendimiento del programa de formación y concienciación llevado a cabo, lo que permite ver si el rumbo es el adecuado.
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