El desarrollo tecnológico y la llegada de Internet en la década de los 80 supuso un cambio en el paradigma social.

La capacidad de los motores de búsqueda para encontrar todo aquello que un usuario quería conocer se convirtió en una premisa obligatoria en las tareas diarias. Sin embargo, la evolución y sofisticación de las técnicas empleadas por los ciberdelincuentes dio lugar a la creación de un espacio oculto al que los motores de búsqueda y, por lo tanto, el público general no podría acceder : la Deep Web.

El entorno cibernético se encuentra segmentado en función de la visibilidad y acceso por parte de los usuarios. Esta división recibe el nombre de “esquema del iceberg”, dividido en los siguientes estratos: Surface Web, Deep Web y Dark Web.

¿En qué consiste cada nivel?

La web superficial o Surface Web comprende toda aquella información que un motor de búsqueda convencional es capaz de indexar. Este contenido apenas supera el 10% del total del que circula por Internet, debido al amplio porcentaje que ocupa la información de la Deep Web.

El segundo escalafón del icerberg se refiere a la parte oculta de la red que comprende la información no disponible para el público general, como es el caso de datos bancarios o médicos, así como información de Intranets corporativas. Sin embargo, dentro de la Deep Web encontramos la Dark Web, un estrato más profundo que alberga todo tipo de actividades delictivas.

En 1990, el Laboratorio de Investigación Naval de los Estados Unidos desarrolló un software de cifrado basado en navegador, acuñado Tor (The Onion Router). Este servicio nació para mitigar la falta de privacidad en Internet y garantizar el anonimato del usuario a nivel de red, lo que supuso una vía libre para el desarrollo de la Dark Web. De hecho, cualquier usuario que desee acceder a este nivel, debe contar con un software de cifrado y anonimato como lo es Tor.

Deep y Dark Web, ¿en qué se diferencian?

Ambos niveles contienen información oculta de manera intencionada, aunque con diferentes propósitos. La Deep Web alberga aquel contenido sensible oculto con el objetivo de blindar el acceso al mismo. Sin embargo, este fragmento de Internet supone una vía de acceso a la web oscura.

La Dark Web o web oscura comprende aquella parte de Internet en la que no existe regulación y que requiere de protocolos especiales para poder acceder. Se trata del nivel menos accesible de la web, cuyo mayor cifrado y herramientas que confieren el anonimato, lo convierten en el escenario perfecto para la proliferación de prácticas ilegítimas. Su infraestructura de red aleatoria y medidas de seguridad basadas en cortafuegos y cifrado de la red, evitan que sea indexada por los motores de búsqueda populares como Google o Bing.

Otra medida que garantiza el anonimato en las transacciones es el empleo de criptomonedas. Este método de pago descentralizado no se encuentra regulado por ningún gobierno ni institución financiera, por lo que son más difíciles de rastrear. Por lo tanto, la falta de regulación existente en toda la infraestructura de la Deep Web supone una vulnerabilidad importante a la horade detectar contenido ilegítimo.

El aumento del número de delitos cometidos a través de la Dark Web, ha generado una extrema preocupación en el panorama gubernamental. Por ello, las autoridades destinadas a la seguridad cibernética han llevado a cabo varias operaciones para desmantelar redes de delincuencia online.

Las prácticas llevadas a cabo por los ciberdelincuentes en la Dark Web no solo afectan a usuarios individuales, sino que atentan contra la información confidencial de empresas, filtrando aquellos datos y activos comprometedores que pueden ser de interés para competidores o individuos maliciosos. De este modo, la Deep Web presenta un arma de doble filo en la que coexisten la privacidad y protección de los datos frente a un público no deseado, al mismo tiempo que reúne la comercialización con drogas ilegales, armas, órganos y demás actividades ocurren en la Dark Web.

En definitiva, es importante establecer la diferencia y límites entre la Deep y Dark Web, ya que la primera de ellas implica sitios web no indexados, aunque no necesariamente ilegales, mientas que la Dark Web alberga contenido ilícito relacionado con el mercado negro. Actualmente, la Deep Web es empleada para fines legales como la preservación de contenido confidencial de carácter empresarial, gubernamental o institucional.