Mientras el Cloud se confirma como arquitectura tecnológica dominante en todo el mundo, hay un sector concreto que está retrasando sus proyectos en este ámbito, el sanitario, como recuerda el Enterprise Cloud Index que publica Nutanix. Parece que el modelo regulatorio en este campo está siendo un lastre para los intentos de trasladar recursos digitales de carácter sanitario a la nube.

Apenas un 30% de las entidades de salud en todo el mundo cuenta con una nube privada, cuando los augurios indican que cada vez más organizaciones de todos los sectores están optando por escenarios híbridos en múltiples nubes, para alojar sus activos digitales. Pero, el sanitario y la atención médica digital es de lo más rezagado.

El problema de que la salud sea uno de los sectores más lentos tiene mucho que ver con ciertas reservas al modelo predominante hoy, un híbrido de nube pública y privada. Se habla de algunas barreras para mantener la seguridad, la integración de datos, la interoperabilidad, la seguridad y el coste, para explicar esta anomalía. Pero quizás el mayor freno para que este sector adopte cambios como éste sea el regulatorio, la legislación aplicada a este tipo de actividad.

La arquitectura TI predominante ya es la llamada multicloud, por sus enormes ventajas de sencillez, flexibilidad y economías de escala. Pero, en el entorno sanitario, los problemas tienen que ver con la integración de datos en diferentes nubes, la gestión de costes y los retos de rendimiento de la red cuando se producen episodios sanitarios generalizados, como el reciente COVID-19.

Según los hallazgos más recientes, las organizaciones sanitarias destacan algunas prioridades tecnológicas actualmente como la tecnología 5G, los servicios basados en IA o Machine Learning, mejorar la entrada y salida de datos y la gestión multinube.

Sí parece claro que la pandemia vivida ha vuelto a recordar la necesidad de buscar una actitud tecnológica más proactiva en el entorno sanitario, con clásicas demandas de los profesionales como la seguridad de la red, las tecnologías de autoservicio basadas en IA, o la actualización de la infraestructura de base, entre otras.

Obviamente, la seguridad de los datos sanitarios debe ser muy alta, ya que es uno de los sectores más vulnerables a la piratería, el malware o el ramsomware, y debe dotar la máxima protección a sus instalaciones.

Esta es una de las radiografías tecnológicas más recientes sobre el sector sanitario e indica que aún hay un largo camino por recorrer para las entidades sanitarias en cuanto a su transformación digital, aún pendiente y lejos de estar consolidada en la mayoría de los países de nuestro entorno.