Los que invirtieron en inteligencia artificial el año pasado ganaron mucho dinero, según reciente informe de la universidad de Standford. La inversión de empresas privadas en esta disciplina se disparó hasta los 93.500 millones de dólares en 2021, más del doble que el año anterior. Este dinero, no obstante, se ha concentrado en menos empresas, de las más de mil de 2019, el año siguiente hasta 762 y en el último ejercicio, 746.

El interés por la IA sigue muy latente, crece y solo el año pasado el número de patentes presentadas fue 30 veces mayor que en 2015, lo que supone una tasa de crecimiento anual del 76,9 %.

La mayor concentración de financiación se sitúa en E.E. UU., con 52.900 millones de dólares, seguido de China, 17.200 millones, y Reino Unido, 4.600. Cifras ya muy relevantes que buscan desesperadamente talento tecnológico, precisamente en esta materia, muy por delante de otras como sistemas y redes o procesamiento de lenguaje natural.

Sin embargo, la inteligencia artificial sigue suscitando muchas dudas. Se la acusa de falta de concreción y de una idea preconcebida de ciencia ficción, muy alejada de su aplicación y con expectativas imposibles de cumplir.

Se habla de un efecto WOW que la está perjudicando y que decepciona cada vez más a sus seguidores y expertos. Incluso incorporada en los vehículos autónomos, esta inteligencia aún está lejos de que no sea necesaria la intervención humana.

Eso sí, los inversores están invirtiendo en expectativas y su confianza parece predecir un futuro dorado para la IA. Sus ventajas parecen claras. Un 44% de los encuestados en un estudio reciente asegura que sus proyectos de IA les ha proporcionado un ahorro en costes, en las unidades de negocios donde se ha implantado, en torno a un 10% de media. Esta reducción de costes ha sido mayor en empresas industriales y cadenas de suministro, especialmente la logística, también se indica.

Los estudios al respecto también adelantan que cada vez hay más empresas que han introducido inteligencia artificial en al menos una unidad de negocio y también sube el número de empresas que invierten en IA destinada a diferentes unidades y funciones comerciales.

El sector retail es uno de los que más recursos está destinando a esta disciplina para realizar funciones que crean valor en sus sectores. Por ejemplo, las empresas de envasados se decantan por sistemas robóticos físicos, mientras otras de fabricación lo destinan a tareas de ensamblaje y otra comercial a inteligencia para su negocio.

Los asistentes virtuales con inteligencia artificial también son muy populares en empresas de telecomunicaciones o sistemas de servicio a clientes, en forma de  agentes virtuales, mientras que también son cada vez más utilizadas en el área comercial y de marketing.

Los resultados indican que el ritmo de adopción probablemente continuará en el corto plazo, con un 74% de encuestados cuyas empresas han adoptado o planean adoptarla o aumentar sus inversiones en IA, en los próximos tres años. Más de la mitad de ellos espera un incremento del 10% o superior.